sábado, 29 de agosto de 2009

Historia del té, continuación

Entonces como ahora, China tenía muchos habitantes. Las enfermedades que producían la contaminación de los ríos y las napas impedían el consumo del agua cruda. Para evitarla la hervían


Según cuenta la leyenda fue el emperador Shen Nung el descubridor del té. Por razones de higiene, el emperador solamente bebía agua hervida, algo que recomendaba a su pueblo. Cuentan que en el año 2737 a.C., Shen Nung estaba descansando junto a un árbol de té silvestre cuando una ligera brisa agitó las ramas del arbusto y unas hojas cayeron dentro del agua que estaba hirviendo para calmar su sed. Shen vio que el agua adquiría un color extraño y, lleno de curiosidad, probó el agua teñida gustándole el sabor. Así nació el té...
Como el imperio Chino no se unificó hasta el siglo III parece poco probable que Shen Nung llegase siquiera a existir aunque el té ya era popular en tiempos tan lejanos.
Desde hace 20 siglos


La primera referencia escrita sobre el té se debe a un cirujano chino que lo recomendo para aumentar la capacidad de concentración hacia el siglo III a.C. Hasta el siglo III a.C., la infusión se preparaba como medicina. Creció su popularidad, su cultivo y su consumo por todo el sur de china siguiendo el curso del río Yang Tse Kiang.


El consumo de té como bebida de placer tuvo su eclosión bajo la dinastía Tang (618-907), en la que se afinaron y determinaron las épocas de recolección, el cultivo y trato de los arbustos de té y el tratamiento de las hojas para su consumo.
Tanto se extendió la afición al té que por la época apareció el primer tratado sobre el té, escrito por encargo por Lu Yu (733-804), el "Cha Chang", conocido como el "Clásico del té", en el que se relataban los orígenes y características de la planta, el procesado de la hoja y la preparación de la infusión, las propiedades y calidades, así como las tradiciones que rodean su consumo.


Hasta la dinastía Ming (1368-1644 d.C.) en china solamente se producía té verde. Hasta entonces las hojas tiernas recién recolectadas se hervían al vapor, se machacaban y se mezclaban con zumo de ciruela hasta obtener una pasta compacta que se introducía en moldes y se prensaba en forma de pastillas que se horneaban hasta secarse. Así el té podía transportarse en buen estado a lugares remotos y mantenerse bien durante mucho tiempo. La infusión se preparaba rascando la pastilla para luego hervir el polvo.


A partir de la dinastía Ming se empezó a comercializar el té en hojas sueltas, hervidas al vapor y desecadas, por lo que en pocos meses perdía su aroma. Esto motivó el que los cultivadores chinos desarrollasen el procesado del té y obtuviesen dos nuevos tipos: el té negro y el té aromatizado con flores, mediante un proceso de fermentación de las hojas hasta que adquirían un color rojizo y horneándolas después para detener la fermentación.




En Japón. La leyenda sobre su origen conecta con el budismo y cuenta que un monje asceta de origen indio llamado Boddhidharma viajó a china en perenigración. Durante su camino pretendía estar continuamente despierto para meditar, pero un día agotado por el viaje se durmió en plena meditación. Al despertar, se llenó de ira consigo mismo y se cortó los párpados con su cuchillo para que nunca más le volviese a ocurrir. Al día siguiente en el lugar en el que había arrojado sus párpados había un arbusto diferente a todos los demás, cuyas hojas tenían la propiedad de ayudar a mantener los ojos abiertos. Boddhidharma, enseñó las propiedades de las hojas del té a sus seguidores y tras su estancia en China viajó hasta Japón, donde llevo la planta que se introdujo en los templos del budismo Zen de ese país.


El té ingresa en el siglo XI

Se cree que las primeras semillas de té, procedentes de China, las llevó un monje budista llamado Dengyo Daishi que estuvo en china del 803 al 805 d.C., otros aseguran que fue en el s. XI.  A su vuelta las plantó en las tierras de su monasterio. Cinco años más tarde sirvió una infusión de hojas de té al emperador Saga, que apreció tanto la bebida que mandó cultivar el té en cinco provincias cercanas a la capital.



Más tarde, entre los siglos IX y XI, ante el deterioro de las relaciones entre China y Japón, el té dejó de ser consumido en la Corte por considerarse un producto chino, quedando restringido su uso en los monasterios budistas. Su utilización esta vinculada a la práctica de la meditación.



En el siglo XII, una vez mejoradas las relaciones entre ambos países, el monje Elisai llevó a Japón más semillas procedentes de China y la nueva costumbre china de beber té verde en polvo. Esta costumbre es la que, con el transcurso del tiempo, ha dado lugar a la ceremonia del té japonesa o Cha-no-yu, asociada al tipo de meditaciones del budismo Zen.



La costumbre de beber matcha se extendió gradualmente entre los sacerdotes Zen y las clases dominantes. A partir del siglo XIV, el matcha se utilizó también en un juego que recibía el nombre de tocha. Se jugaba en las fiestas y consistía en servir a los invitados varios tipos distintos de té, procedentes de diversas regiones. Los jugadores entonces tenían que adivinar cuál de ellos era el que había sido cultivado en una determinada zona, famosa por la calidad de su té. Los que conseguían acertar recibían premios. A medida que aumentó la popularidad de este pasatiempo las plantaciones de té comenzaron a extenderse, sobre todo en el distrito de Uji, cerca de Kioto, en donde aún se produce el mejor té del Japón.
El juego de tocha se trasformó poco a poco en una costumbre social más tranquila que practicaban las clases sociales altas. Dejaron de repartirse premios y el objetivo de la ceremonia pasó a ser la creación de una atmósfera especial, en la que los participantes saboreaban el té al tiempo que admiraban pinturas y otras obras de arte chinas, que se exhibían en un shoin (estudio). Al mismo tiempo y debido a la influencia de los hábitos y formas rituales de los samurai (guerreros), que eran entonces la clase dominante en el Japón, aparecieron ciertas reglas y procedimientos que los participantes en la ceremonia del té tenían que obedecer. Así se sentaron las bases del chanoyu actual.



La ceremonia de té, es una costumbre social y estética característica del Japón, en la que se sirve y se bebe el matcha ( té verde en polvo). Se practica en una estancia especial (casa del té), destinada solamente a dicha ceremonia, a la que se accede desde la vivienda por un camino, "roji", que atraviesa un pequeño jardín.
Esta es, en líneas generales, la evolución del chanoyu, que no es simplemente una forma refinada de tomar té.

En la ceremonia del té rige el ideal estético del wabi-sabi, amante de la imperfección, de lo incompleto. Un ideal que trae aromas de la imperfección rústica de lo manufacturado. Wabi se refiere a la belleza de la asimetría, de lo rústico, frente a lo fabricado por una máquina . Sabi, es la belleza que proporciona el transcurrir del tiempo.
Ikkyu, que revitalizó el Zen en el siglo XV, tuvo una profunda influencia en la ceremonia del té.
Para el siglo XVI, el té se había extendido a todos los niveles de la sociedad japonesa.


En Europa...
El conocimiento del té no se sabe a ciencia cierta cuándo llega aunque se supone que se tenían noticias de su existencia a través de los viajeros y misioneros en China y Japón, así como a través del contacto con los árabes que lo conocían desde el siglo IX.



La primera noticia aparece en el libro titulado "Navigatione et viaggi", publicado en venecia en 1559 por Giambattista Ramusio. Pero son los portugueses a través del centro comercial que establecen en la isla de Macao en 1557 los que comienzan su introducción en Europa. Un poco más tarde son los holandeses, a partir de 1610 los que importan el té desde Japón, primero, y desde China más tarde, distribuyendo las hojas en Holanda, Francia y Alemania.


El primer té que llegó a Rusia fue un regalo de los chinos al zar Alexis en 1618, iniciándose algo más tarde un intenso tráfico de caravanas de camellos entre China y Rusia, tardando en llegar el té de 16 a 18 meses.


En Gran Bretaña en 1658 un comerciante de Londres llamado Thomas Garraway y propietario de una tienda situada en Exchange Alley, en la city, publicó en el periódico "Mercurius Politicus" el siguiente anuncio: " La excelente bebida de china aprobada por todos los médicos, llamada "cha" por los chinos, Tay por otras naciones y más conocida como Té, se encuentra en venta en Sultaness Head, Café situado en Sweetings Rents, cerca del Royal Exchange, Londres".


En 1662 se casó el rey Carlos II con la princesa portuguesa Catalina de Braganza que era una entusiasta consumidora de té y quien introduce la bebida entre la corte británica.


En el siglo XVIII el té se convirtió en la bebida más popular en Gran Bretaña llegándose a consumir en 1791 un total de 6.379 toneladas.


Como sea que el té llegara a Gran Bretaña, cabe destacarse que la intención original de los comerciantes británicos era importar el té verde (matcha), pero al ser transportado, con el correr de los meses la fermentación produjo el te negro y este fue "tomado" por aquel.


Hasta principios del siglo XIX el té se tomaba a cualquier hora del día, en especial a la noche, no existiendo la costumbre actual del "afternoon tea", cuya invención se atribuye a la duquesa de Bedford que un día por la tarde encontrándose desfallecida pidió que le sirviesen una taza de té y un ligero tentempié, el cual le sento tan bien que comenzó a invitar a sus amistades por la tarde para degustar la bebida, pasteles y sandwiches, popularizando la costumbre inglesa actual del "afternoon tea".


Los ingleses importaban el té de China, y tenían que pagar su peso en oro, cosa que no les gustaba demasiado. Por qué solo oro? Nada de lo que los ingleses tenían les interesaba como intercambio. Entonces, ¿que ocurrió? La moda del consumo del opio crecía. Ilegalmente los ingleses comenzaron a exportar opio a la China desde la India Británica en el siglo XVIII como un modo contrarrestar el déficit que le producía adquirirlo, junto con la seda
Los esfuerzos del gobierno chino para imponer sus leyes contra las drogas llevaron al conflicto, así se desatan las guerras del Opio. (ver más información en la entrada con ese nombre)


Más tarde los ingleses descubrieron en el alto Assam árboles autóctonos de té y Charles Bruce, empleado de la companía británica de las islas occidentales estableció plantaciones que exportaron a Gran Bretaña por primera vez en 1838. Las plantaciones se extendieron pronto a Darjeeling, Cachar y otras regiones del norte de la India y, a partir de 1870, a Ceylán.


Los barcos tardaban entre 12 y 15 meses en transportar los cargamentos de té desde la India a Gran Bretaña, hasta que en 1845 empezaron los transportes en unos veleros llamados Clíperes que acortaban el viaje hasta los 4-5 meses.


Es conocido el protagonismo del té en el proceso de independencia de Norteamérica cuando en Boston se produjeron los incidentes denominados "Boston Tea Party", el 16 de diciembre de 1773, en los que patriotas americanos, disfrazados de indígenas, arrojaron la carga del barco británico Dartmouth que trataba de introducir en el puerto de Boston un cargamento de hojas de té tras la promulgación por el Parlamento Británico del "Acta del Té" que concedía el derecho exclusivo de venta del producto en América a la  Compañia británica de las Indias, en detrimento de los industriales y comerciantes locales.

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